martes, septiembre 22, 2009

¿Víctimas de la guerra de Troya?

Un equipo de arqueólogos han encontrado los restos de un hombre y una mujer en el yacimiento arqueológico de la antigua Troya; se cree habrían muerto en el 1.200 AC, época de la guerra relatada por Homero. Ernst Pernicka, profesor de arqueometría de la Universidad de Tubingen, quien lidera las excavaciones, dijo que los cuerpos fueron encontrados cerca de una línea de defensa dentro de la ciudad construida a fines de la Edad del Bronce.
El descubrimiento podría sumarse a evidencia de que la zona baja de Troya era más grande a fines de la Edad de Bronce de lo que anteriormente se pensaba, cambiando las percepciones de eruditos sobre la ciudad de "La Iliada". "Si se confirma que los restos son del 1.200 AC, coincidiría con el período de la guerra troyana (...) Estamos realizando pruebas de radiocarbono, pero el descubrimiento es electrizante", dijo Pernicka en una entrevista telefónica con Reuters. Pernicka precisó que se confirmó que la resquebrajada cerámica encontrada junto a los cuerpos data del 1.200 AC, pero agregó que la pareja podría haber sido enterrada 400 años más tarde en una sepultura de lo que los arqueólogos llaman Troya VI o Troya VII. Esto es lo que anuncia Reuters.



El profesor Rustem Aslan, vicejefe del equipo de arqueólogos, explicó a la prensa que es la primera vez que se han encontrado cadáveres que parecen proceder de la guerra de Troya (entre los siglos XIII y XI a.C). "En pocas semanas sabremos la época exacta de su muerte y sus edades aproximadas. Esta gente fue enterrada en la parte inferior de la línea defensiva", dijo. "Si nuestras estimaciones son correctas, podemos afirmar que hemos encontrado las primeras víctimas de la guerra de Troya".

Esperando a Hypatia

Hypatia de Alejandría está de moda. Hasta hace poco era para muchos una desconocida. A partir del día 9 de octubre con el estreno de la película de Amenabar Hypatia va a suponer para muchos un gran descubrimiento. Una mujer filósofa, una científica, una amante de la cultura clásica, una defensora de la libertad de pensar y de enseñar. Una intelectual.

Numerosos estudios, historias noveladas, comentarios y artículos periodísticos están surgiendo sobre esta mujer ya mítica en la historia de la cultura. De la gran desconocido ha pasado a ser en poco tiempo la gran admirada, antes incluso de conocerla, y por supuesto "la gran esperada."
Amenabar tiene asegurado el éxito de su "Ágora"; supo elegir una gran figura femenina de la historia cultural de occidente en un momento crucial y definitivo y en el lugar de encuentro y confrontación de la cultura helenística y el pensamiento cristiano.

lunes, septiembre 21, 2009

¿"Las lágrimas de Eros o de Apolo"?




¿Qué lágrimas de Eros? Eros no llora. “Las lágrimas de Eros” son las lágrimas provocadas por Eros, no las derramadas por él; quienes lloran son los heridos por Eros. Eros es el responsable del amor y del dolor; del amor y del sufrimiento; del amor y de la muerte. Ambos son castigos de Eros.

Quien sí sufre y llora es Apolo. Las lágrimas son de Apolo, ante Dafne fugitiva y evanescente. Apolo, a pesar de su belleza masculina, su arte literario y musical y su inteligencia, no fue afortunado en el amor: ni Dafne ni Jacinto colmaron su pasión. El amor de Apolo a Dafne, su primer amor, es “un amor que no produjo el ignorante azar, sino la cruel ira de Cupido (Eros)” (Ovidio). El amor no correspondido se transforma en dolor y en llanto. Y este llanto, según Garcilaso, alimenta el motivo de su dolor. El llanto ante el desamor es vano. Amor y dolor son inseparables.

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¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba! (Garcilaso)


Apolo también sufrió y lloró por el amor a Jacinto; su amor acabó en tragedia, muerte y lágrimas. Aquí Apolo fue el causante –involuntario, sí- de su dolor por haber provocado la muerte de Jacinto. Y reflexiona Apolo ante Jacinto herido de muerte: “…veo tu herida, mi culpa. Tú eres mi dolor y mi crimen; mi diestra ha de ser inscrita con tu muerte: yo soy el responsable de tu final. Pero, ¿cuál es mi culpa? A no ser que a jugar se le pueda llamar culpa, a no ser que también a amar se le pueda llamar culpa…”

La proximidad de amor y dolor es una intuición anterior a Ovidio. Pero Ovidio, igual que Virgilio en el episodio de Dido y Eneas, ha sentido -porque, sin duda, ha vivido- la inseparable presencia del amor y del dolor. En el siglo XX Georges Bataille en su ensayo 'Las lágrimas de Eros' se aproxima a este tema y afirma la proximidad e incluso unión íntima entre placer amoroso y máximo dolor; llega a afirmar la unión del placer y el dolor como una experiencia mística: “el rapto místico no es el encuentro con Dios, sino el instante en que el placer se confunde con el dolor y el éxtasis sexual con la muerte”. Bien sabe G. Bataille que los franceses llaman al orgasmo, 'la petite mort'. El sentido de “Las lágrimas de Eros”, dice el propio G. Bataille en el Prefacio, «es, como primer paso, el de abrir la conciencia a la identidad del orgasmo (o pequeña muerte) y de la muerte definitiva.» En “Las lágrimas de Eros” el texto es inseparable de una sorprendente iconografía que el autor fue reuniendo con la intención de que la imagen completara y a veces ocupara el espacio de la palabra.

De ahí el título de la exposición en el Museo Thyssen:
“Las lágrimas de Eros”. Extraordinaria ocasión para reflexionar sobre Eros y Thanathos.




miércoles, septiembre 09, 2009

'El esplendor de Alejandría'



Este es el título de una muestra de los diseños creados por Gabriella Pescucci para la última película de Alejandro Amenábar, 'Ágora'. La muestra permanecerá abierta en el Museo del Traje desde el 17 septiembre hasta el 25 de octubre.

Tras una seria investigación Gabriella Pescucci considera fundamental para la creación de sus piezas y para entender la evolución de los personajes el color. A través de él entendemos, no solo el estado interior de los personajes, sino la pertenencia a un grupo social.
No sería muy extraño que con el "fenómeno ágora" llegue un renacimiento del gusto por lo romano, incluso que el mundo de la moda se inspire una vez más de la indumentaria romana.
¡Bienvenido sea todo renacimiento de lo clásico!