lunes, septiembre 21, 2009

¿"Las lágrimas de Eros o de Apolo"?




¿Qué lágrimas de Eros? Eros no llora. “Las lágrimas de Eros” son las lágrimas provocadas por Eros, no las derramadas por él; quienes lloran son los heridos por Eros. Eros es el responsable del amor y del dolor; del amor y del sufrimiento; del amor y de la muerte. Ambos son castigos de Eros.

Quien sí sufre y llora es Apolo. Las lágrimas son de Apolo, ante Dafne fugitiva y evanescente. Apolo, a pesar de su belleza masculina, su arte literario y musical y su inteligencia, no fue afortunado en el amor: ni Dafne ni Jacinto colmaron su pasión. El amor de Apolo a Dafne, su primer amor, es “un amor que no produjo el ignorante azar, sino la cruel ira de Cupido (Eros)” (Ovidio). El amor no correspondido se transforma en dolor y en llanto. Y este llanto, según Garcilaso, alimenta el motivo de su dolor. El llanto ante el desamor es vano. Amor y dolor son inseparables.

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¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba! (Garcilaso)


Apolo también sufrió y lloró por el amor a Jacinto; su amor acabó en tragedia, muerte y lágrimas. Aquí Apolo fue el causante –involuntario, sí- de su dolor por haber provocado la muerte de Jacinto. Y reflexiona Apolo ante Jacinto herido de muerte: “…veo tu herida, mi culpa. Tú eres mi dolor y mi crimen; mi diestra ha de ser inscrita con tu muerte: yo soy el responsable de tu final. Pero, ¿cuál es mi culpa? A no ser que a jugar se le pueda llamar culpa, a no ser que también a amar se le pueda llamar culpa…”

La proximidad de amor y dolor es una intuición anterior a Ovidio. Pero Ovidio, igual que Virgilio en el episodio de Dido y Eneas, ha sentido -porque, sin duda, ha vivido- la inseparable presencia del amor y del dolor. En el siglo XX Georges Bataille en su ensayo 'Las lágrimas de Eros' se aproxima a este tema y afirma la proximidad e incluso unión íntima entre placer amoroso y máximo dolor; llega a afirmar la unión del placer y el dolor como una experiencia mística: “el rapto místico no es el encuentro con Dios, sino el instante en que el placer se confunde con el dolor y el éxtasis sexual con la muerte”. Bien sabe G. Bataille que los franceses llaman al orgasmo, 'la petite mort'. El sentido de “Las lágrimas de Eros”, dice el propio G. Bataille en el Prefacio, «es, como primer paso, el de abrir la conciencia a la identidad del orgasmo (o pequeña muerte) y de la muerte definitiva.» En “Las lágrimas de Eros” el texto es inseparable de una sorprendente iconografía que el autor fue reuniendo con la intención de que la imagen completara y a veces ocupara el espacio de la palabra.

De ahí el título de la exposición en el Museo Thyssen:
“Las lágrimas de Eros”. Extraordinaria ocasión para reflexionar sobre Eros y Thanathos.




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