
La muestra comprende varios capítulos: el espíritu de la competición, el mundo del gimnasio y la palestra, las grandes competiciones griegas, las competiciones en Iberia y los juegos romanos. El objetivo es mostrar la práctica del deporte en el Mediterráneo antiguo a través de la arqueología.
Todo gira en torno a Apolo, el dios joven y atlético, patrono de los juegos deportivos que en su honor se celebraban en el santuario de Delfos. Apolo encarna la belleza física y moral, ideal que inspiera el espíritu deportivo de la antigua Grecia. Los reflejos de Apolo son los atletas griegos y romanos que a través del ejercicio gimnástico y de la competición deportiva buscan el triunfo y la fama merecida por su esfuerzo y lograr así la inmortalidad de los dioses. (Evidentemente los reflejos de Apolo no son los personajes que aparecen en la foto de abajo, aunque tal vez tampoco a ellos les importara alcanzar la inmortalidad, con menos méritos por supuesto que los deportistas griegos. Se supone que la foto es un intento en este sentido. Por eso la incluyo aquí. A ver si entre todos lo logramos.)
Las competiciones deportivas en la antigua Grecia son acontecimientos religiosos, se celebran en las fiestas en honor de un dios y marcan rítmicamente el calendario religioso de las ciudades griegas. La competición además actúa como motor social y político igual que en otras sociedades mediterráneas. También en Roma los juegos conservarán todavía un cierto carácter religioso, aunque poco a poco creció su carácter festivo y político, hasta convertirse en instrumento propagandístico de la aristocracia y del poder imperial. Hasta que fueron prohibidos por Teodosio. La exposición muestra también la práctica de competiciones o agones en Iberia, ligados a celebraciones funerarias, a victorias guerreras y a rituales de iniciación de los jóvenes en la sociedad de los adultos.
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