Está claro que las distintas administraciones locales y regionales que tienen competencias sobre el "territorio numantino" son más sensibles a los intereses inmobiliarios que a los culturales, arqueológicos y paisajísticos. Don Dinero, poderoso caballero, es tan fuerte como las legiones romanas. Numancia será de nuevo derrotada sin nadie que la defienda con eficacia frente a los nuevos asediadores.
La que más extraña es la opinión del director del Museo Numantino, Elías Terés. Si Numancia pierde esta guerra será porque hoy no ha tenido defensores con coraje. Es para reflexionar: ¿qué queremos hacer con nuestro patrimonio arqueológico? ¿Qué intereses deben defender las administraciones públicas? ¿Qué intereses defienden los responsables de esas administraciones?
¿Cómo la sociedad permite que se destruya nuestro patrimonio cultural e histórico más significativo por parte de gestores analfabetos?
Para muchos "Numancia es algo más que un yacimiento arqueológico, ya que la resistencia numantina es un referente universal de la lucha de un pueblo por su libertad o de la victoria del débil contra el fuerte".
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