lunes, octubre 20, 2008

Culto a la vida

Acaba de clausurarse el MipCom de Cannes, la mayor feria audiovisual del mundo. Este año ha dedicado gran parte de sus contenidos a la producción española. Entre este material se encontraba la serie documental "Sex Mundi" de la productora Plural Entertainment. 'Sex Mundi' realiza un recorrido por las costumbres, formas, códigos y modas sexuales de todo el planeta.

Según Heraldo.es la zaragozana Blanca Torres, guionista de la serie, "explora las costumbres sexuales del planeta". Según la propia guionista "Sex Mundi" solo intenta responder a una pregunta muy sencilla: "¿qué es el sexo y por qué nos gusta tanto?". Para responder han necesitado de un año de trabajo, viajes por medio mundo -Japón, India, Finlandia, EE. UU., Latinoamérica, Marruecos, África y casi toda Europa- y expertos en antropología, sociología, psicología, biología o arte. La verdad es que la preguntita -"¿qué es el sexo y por qué nos gusta tanto?"- es endiablada; se las trae. Habrá que estar atentos para ver esta serie y ver qué respuestas han encontrado entre tantos expertos, tantos viajes y tanto trabajo. La serie promete.... ¡beneficios económicos sobre todo!; más que hallazgos científicos.
Pero bienvenida sea toda información sobre las distintas visiones culturales del sexo. Según la guionista el discurso común a toda la serie es que "lo normal en el sexo es relativo"; el atractivo sexual, la práctica y los conceptos religiosos o sociales relacionados son el sexo dependen de cada cultura y "muchas cuestiones cambian dependiendo del lugar en el que te encuentres". El Honen Matsuri o festival del pene, un ritual de fertilidad que se hace en la provincia de Aichi, en Japón, en algunas sociedades puede significar algo excesivo y excéntrico.

Para conocer la vida sexual de griegos y romanos nos puede ayudar un librito publicado hace dos años titulado "Ars vivendi". (Domingo Plácido Suárez-Araceli Striano Corrochano (eds.), Ars vivendi: la buena vida en Grecia y Roma, 2006, 223 pp.) El libro recoge los textos e imágenes del Ciclo de Conferencias de Otoño de 2005 organizado por la Delegación de Madrid de la Sociedad Española de Estudios Clásicos. Las conferencias abarcan un amplio espectro de placeres combinando siempre la amenidad con el rigor científico asegurado por las bibliografías orientativas que aparecen al final de cada una o en las notas a pie de página. Una de estas conferencias es de Juan Luis Arcaz Pozo y habla de amor y sexo en Grecia y Roma.

En Roma como en otros muchos pueblos antiguos existe el "culto al falo". En muchas mitologías la imagen del falo fue utilizada en la antigüedad como símbolo de reproducción. Estos símbolos eran mostrados abiertamente y llevados a plena luz, puesto que para esas culturas nada tenían de reprobable.

En el antiguo Egipto el falo aparece como símbolo en los jeroglíficos, significando el miembro viril, con el que se representaba al macho y representando al toro, cuyo simbolismo tiene que ver con el poder del Sol –el ser supremo–, de engendrar. El falo representa en todo caso la fuerza generadora de la vida. En tiempos de Sesostris I (hacia 1900 a.C.), al dios de las cosechas, Min, se le representaba como una figura itifálica. Min era también dios de los caminos, guía y protector de los viajeros, una función que compartía con otros dioses fálicos.
Los primeros "monumentos" al dios griego Hermes posiblemente consistían en montones de piedras, llamados "hermas", rematados por una piedra más grande, que servían como mojones. Más adelante, la herma se fue transformando en un bloque cuadrado, con un falo y dos testículos tallados en la cara frontal, coronado por la cabeza del dios. Hermes no sólo guiaba a los vivos; además, era psicopompos o guía de las almas. Debido, posiblemente, a que los hitos y mojones se suelen instalar en los márgenes y fronteras, muchos dioses fálicos se transformaron en espíritus guardianes, como el Príapo romano.

Lo mismo sucede con los Dosojin japoneses. Todavía existen miles de estas figuras talladas en piedra, por lo general en los bordes de los campos de trigo, donde aseguran la fertilidad de la cosecha y actúan como divinidades guardianas que protegen los campos contra los intrusos y los malos espíritus.

Sin duda en el origen del culto a la Naturaleza estuvo presente el sexo en tanto en cuanto los órganos genitales de hombre y mujer en unión daban lugar a la vida humana y permitían la supervivencia de la tribu. En culturas matriarcales se dió mayor importancia a los órganos genitales de la mujer. Sin embargo con la instauración del patriarcado, la figura del falo cobró mayor relevancia que la vagina. Lo cierto es que el misterio de la vida impactó de tal manera en el hombre antiguo que provocó el nacimiento de un culto de adoración a su alrededor y se estableció una analogía entre el poder fecundador del ser humano y el poder fecundador de la naturaleza. Surgieron ceremonias rituales en torno a la vida y al sexo, de cuya existencia tenemos constancia desde tiempos remotos, en casi todos los lugares de la tierra, especialmente en civilizaciones avanzadas, donde tuvo lugar un culto específico entorno al falo, como elemento fertilizador. Y a su vez los cultos fálicos dieron lugar a la creación de mitos en torno a la creación del mundo y al origen de la vida.

El falo terminó convirtiéndose en amuleto protector contra las energías nefastas, como por ejemplo en Pompeya y otras ciudades griegas y latinas, donde se colocaba detrás de las puertas para alejar las malas influencias y alcanzar la felicidad. Aunque varía según la civilización especialmente si se trataba de generaciones matriarcales o patriarcales, el falo era identificado con el astro luminoso, el sol; mientras que el órgano femenino era identificado con la luna. Las energías masculinas se entendían como principio activo sin el cual las energías femeninas quedarían extintas debido a su pasividad. De la unión de ambas energías surgía la vida y de ahí que se estableciera un "culto al falo", como fuente de vida, entendido desde un punto de vista totalmente místico y religioso.
Como tengo dicho en otro lugar de este blog, todavía quedan en España vestigios de interferencias entre religión y culto fálico. Uno de los más llamativos de esos vestigios son los falos de piedra de Los Hinojosos (Cuenca).




1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Tomás, muchas felicidades por tu Blog. En este caso específico del Culto Fálico has tocado un tema de extrema vigencia, pues lo que los antiguos comenzaron como una interpretación muy peculiar del poder fecundador de la naturaleza, hoy los "tecnólogos" y mercaderes del sexo lo han convertido en una multimillonaria industria con una base dual: por un lado este anciano culto y por el otro el complejo de pene pequeño que afecta a tantos hombres en este mundo.

Hace poco encontré un libro que aborda genialmente este tema. Se llama "Consejos para mujeres con amantes de pene pequeño" y está escrito por una mujer que fué prostituta, una que es psicóloga y otra que es sexóloga. Lo recordé porque incluso incluyeron un capítulo dedicado al Culto Fálico.

No recuerdo bien la dirección para llegar al libro, pero las autoras tienen un blog muy intresante (aunque reconozco que me gustó más el libro) y allí lo pueden conseguir: el blog está en: www.consejossoloparamujeres.blogspot.com.

Un cordial saludo, Angela Roque