Rafael Argullol publicaba el pasado domingo día 3 en "El País" un artículo titulado "Guadianas literarios". Habla de la sorprendente presencia de representaciones clásicas durante este verano en los escenarios de toda Europa: Eurípides, Dante, Shakespeare. La sorpresa de este "guadiana literario" que reaparece de cuando en cuando sorprende, "dado que nuestra época no se distingue por un excesivo refinamiento cultural", en opinion de Argullol.
Comenta también sobre Conrad ("El corazón de las tinieblas") y sobre Montaigne ("Ensayos"). Dice de ellos que "cada uno a su manera nos habla de nosotros". Y, en su opinión, eso es lo que caracteriza a las grandes creaciones de la literatura, del arte y del pensamiento: "deben dirigirse, no sólo a su presente, sino a las épocas futuras"... "Las obras maestras son aquellas que siempre están en condiciones de hablar", aunque no todas las épocas estén en condiciones de escuchar.
"Cada época necesita de palabras que la empujen a mirarse despiadadamente en el espejo. No importa que estas palabras sean del pasado o del presente. Cada época genera una literatura acomodaticia destinada a proponerle lo que quiere escuchar y otra, intempestiva, que le habla sin servidumbres ni contemplaciones. Por más que se niegue -ocurre también en cada época-, sólo esta última está en condiciones de perdurar más allá de la oferta y de la demanda de su tiempo.
Por eso volvemos continuamente a los que llamamos clásicos: en busca de aquella intempestividad que, al despreciar nuestra apatía y nuestro conformismo, nos ofrezca instantes no de éxito -para eso tenemos el resto del espectáculo de nuestra civilización-, sino de verdad. Para eso, para tener nuestros instantes de verdad, retornamos a Dante, a Shakespeare, a los poetas griegos."
Por eso volvemos continuamente a los que llamamos clásicos: en busca de aquella intempestividad que, al despreciar nuestra apatía y nuestro conformismo, nos ofrezca instantes no de éxito -para eso tenemos el resto del espectáculo de nuestra civilización-, sino de verdad. Para eso, para tener nuestros instantes de verdad, retornamos a Dante, a Shakespeare, a los poetas griegos."
..."Edipo, Antígona, La orestíada y Las troyanas son rigurosamente contemporáneas cuando nos enseñan los engranajes del poder, de la libertad, del dolor. Ninguna de esas obras hace concesiones al obligarnos a posar ante el espejo, y gracias a esto sabemos, lo reconozcamos o no, que nos dicen más sobre nuestra actualidad que tantas toneladas de literatura acomodaticia..."
Y todo NO para tener "nuestros instantes de éxito", sino "nuestros instantes de verdad".
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